martes, 18 de octubre de 2011

ADMINISTRACION POR OBJETIVOS


ADMINISTRACION POR OBJETIVOS
ORIGEN DEL TÉRMINO

Durante la década de 1950 se difundió en el ambiente administrativo el concepto de “Administración por objetivos”. Fue acuñado por el estadounidense Peter Drucker en su exitoso libro “La gerencia de las empresas (The practice of management)”.
Drucker, que refleja en su obra una gran experiencia práctica y una clara filosofía de la dirección, desarrolla su obra sin apegarse a doctrinas administrativas, sino, más bien, basándose en sus experiencias. Cayó en errores teóricos o semánticos, como en el caso del concepto mismo de “administración por objetivos”, como si hubiera una “administración sin objetivos”.
Peter Drucker, en “La gerencia de las empresas”, tiene un capitulo: “La dirección mediante objetivos y no bajo control”, en el que enfatiza la necesidad de que todas las acciones deben ser dirigidas por “objetivos claramente expresados”. No se debe controlar por controlar, sino controlar por objetivos.
Estas afirmaciones fueron consideradas como equivocadas en los medios teórico-administrativos.

ENFOQUE DE DRUCKER

Hay que aclarar que Drucker no tuvo la intención de descubrir algo nuevo, sino que insiste en la necesidad de que los objetivos se tengan muy presentes al administrar.
No presentó su libro como un tratado teórico de la administración, sino que vertió en él, en forma sencilla, sus experiencias y consideraciones.
Desde que escribió su obra, el término “Administración por Objetivos”, se difundió creándose una especie de mito. Anotó en su libro titulado “La gerencia: tareas, responsabilidades y prácticas” : Desde la primera ve que acuñé la expresión “Administración por objetivos”, se ha convertido en un lema muy difundido. Hay una literatura completa e incluso películas acerca del tema. Centenares de empresas han redactado una política de administración por objetivos, aunque muy pocas han acabado por aplicar el verdadero autocontrol. Pero la Administración por objetivos y el autocontrol es un lema, más que una técnica e incluso más que una política. Por así decirlo, es un principio constitucional. (Ed. El Ateneo, Buenos Aires, 1975).

EL MITO DE LA “A X O”

Douglas Mc Gregor tuvo mucha culpa en la creación y difusión del mito de la “administración por objetivos”, debido a que en el aspecto humano de la empresa dice que la teoría Y puede aplicarse parcialmente bajo los conceptos de Peter Drucker, los que permiten cambiar valores y prácticas administrativas.

McGregor al presentar su teoría “Y” con los fundamentos teóricos de Abraham Maslow sobre la motivación y al apoyar la tesis de Peter Drucker sobre la dirección por objetivos y no bajo control, generó una enorme cantidad de literatura que desorientó a los estudiosos de la teoría administrativa y no ha quedado más remedio que aceptar el término, técnicamente, si bien es claro que en la práctica constantemente se pierden los objetivos.

DESARROLLO DE LA TEORIA “A X O”

GENERALIDADES

A pesar de su desafortunado nombre, “la administración por objetivos”, produjo entusiasmo y dio lugar a una técnica relativamente independiente de una validez indudable, con limitaciones tanto teóricas como prácticas.

Concepto De “Objetivos”
Es un propósito, una misión para un periodo determinado, definido de tal forma que pueda ser medido bajo parámetros cuantitativos (tiempo, dinero, unidades, porcentajes, etc...), que se pueda controlar para replantear las acciones de futuras metas, propósitos o misiones administrativas.

Diferencias Entre Meta Y Objetivo
Son los puntos vitales que dan vida al organismo administrativo donde se desenvuelve el acto o la acción.
Y las METAS consideran los puntos concretos, mesurables, establecidos en tiempos determinados en el camino de cumplimiento de los objetivos.

FUNDAMENTOS

A X O Es Una Forma De Pensar
Más que un sistema nuevo de administrar, es una forma de pensar que requiere que muchos de los que ejercen el mando cambien radicalmente sus estilos. Prácticas y valores de supervisión y permitan que cada subordinado participe en la fijación de los objetivos del trabajo que realiza y se autosupervise y autocontrole.

Coordinación De Objetivos
Bajo el principio de unidad de dirección, debe haber coordinación de objetivos, es decir, todas las acciones individuales deben ir encaminadas hacia las metas de la organización.



Deben Ser Cuantificables
Los objetivos deben estar redactados en tal forma que puedan ser controlados fácilmente por medios cuantitativos. Esto es necesario para conocer el grado en que se logran los planes, y aplicar las correcciones necesarias para futuras acciones administrativas.

Redactados Debidamente.
Uno de los aspectos más importantes es la “redacción de los objetivos”
ü Que el objetivo pueda ser controlable y observable por medios cuantificables, incluyendo de preferencia los siguientes elementos: tiempo, cantidad y calidad.
ü Debe estar redactado con sencillez y con términos usados en la organización.
ü Debe estar redactado con brevedad, evitando la palabrería innecesaria.
ü Se deben considerar los recursos con que se cuenta.

Morrisey proporciona 16 guías para la escritura de objetivos:

1. Emplezar con un infinitivo verbal.
2. Especificar el resultado clave que se va a conseguir.
3. Especificar la fecha límite para su clumplimiento.
4. Especificar los costos máximos ($, horas-hombre, materiales...).
5. Ser mesurable y verificable.
6. Señalar solamente el “que” el “cuándo” y evitar los “porqué” y los “cómo”.
7. Estar relacionado con los papeles y funciones del responsable y con los roles y misiones de los niveles superiores.
8. Ser fácilmente comprensible para el que ejecuta la acción.
9. Ser realista y alcanzable, pero al mismo tiempo debe presentar un reto.
10. Proporcionar la máxima utilidad sobre la inversión requerida en tiempo y recursos, cuando se compara con otros objetivos que han sido alcanzados
11. Ser consecuente con los recursos disponibles o previstos.
12. Evitar o minimizar la doble responsabilidad para la ejecución, cuando se requiere un esfuerzo conjunto (evitar la dualidad de la responsabilidad).
13. Ser consecuente con las políticas y las prácticas básicas de la organización.
14. Ser acordado voluntariamente tanto por el superior como por el subordinado, sin presiones ni coacciones indebidas.
15. Registrarse por escrito, guardándose una copia que debe ser revisada periódicamente tanto por el superior como por el subordinado.
16. Establecerse no sólo por escrito, sino también en discusiones entre superior y subordinado.


CLASIFICACIÓN DE LOS OBJETIVOS


A) POR SU ORIGEN Y TIEMPO

INSTITUCIONALES O VITALES; ES DECIR, PERMANENTES: Son aquellos que están en la esencia y naturaleza de la organización. Hasta cierto punto son la razón de ser de la organización, se parecen a la misión. Todos deben ordenarse según su importancia. El administrador debe jerarquizar prioridades.

CÍCLICOS O POR METAS:Los objetivos se deben traducir en metas para poder medirlos, saber cómo va la organización y reorientar en su caso las acciones por medio de nuevos planes.

Las metas se han clasificado así:
ü A largo plazo (de más de cinco años, contemplan planes contingentes, involucran a toda la organización).
ü A mediano plazo (de uno a cinco años, involucran determinada área de la organización y son un medio de enlace entre las operaciones normales y la estrategia).
ü A corto plazo (de menos de un año, ser fijan para unidades organizacionales).




B) POR SU JERARQUÍA Y FUNCIÓN.

Como las empresas están estructuradas jerárquicamente, con división del trabajo por áreas de funciones, los objetivos se pueden clasificar por el nivel de jerarquía y área donde se establezcan, para su debida coordinación.
Cada nivel jerárquico tiene sus objetivos y debe, a su vez establecer metas que sirvan de guías de los otros niveles.
El titular de cada nivel debe establecer sus objetivos y cada responsable de área funcional deberá establecer también sus objetivos directos referentes a su área respectiva, para que sus subordinados los puedan establecer hasta el último nivel.

C) POR LOS OBJETIVOS DEL PUESTO.

En cada puesto se distinguen tres tipos de acciones básicas relacionadas con la eficiencia:

ü ACCIONES FORMALIZADAS: que se desprenden de la delegación formal y que son la base de las metas para medir eficiencia y dar retroalimentación.
ü ACCIONES NO FORMALIZADAS: que se refieren a actividades que no corresponden a los objetivos vitales del puesto pero que son eventualidades indispensables para el buen funcionamiento de la organización.
ü ACCIONES CREATIVAS: los puestos no son laberintos sin salida y estáticos; siempre requieren creatividad para lograr eficiencia.


D) POR SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO PERSONAL.

Una AXO congruente debe incluir no solo las metas que benefician a la organización sino buscar un desarrollo del individuo en una forma más particular, permitiendo que éste alcance otras habilidades personales, aunque no estén relacionadas directamente con su puesto.
Son muchas las razones por las que las organizaciones deben permitir que el personal se desarrolle. Podemos señalar tres de las más importantes:

PRIMERA: Se le deberá permitir libertad para escoger lo que el considere adecuado para su desarrollo y no limitarlo sólo a las actividades del puesto donde trabaja.
SEGUNDA: El individuo desea ascender, tener otras oportunidades, por lo que se le deberá capacitar permanentemente.
TERECERA: Debemos buscar una congruencia de metas entre lo que desea el individuo y lo que la organización requiere. En la medida en que este se logre, habrá un desarrollo integral.


MECÁNICA DE FUNCIONAMIENTO.

Generalidades: hay mucha literatura que pretende explicar cómo operar a través de la administracipon por objetivos, pero no hay uniformidad en cuanto a la mecánica de funcionamiento.

Flujo De Funcionamiento: uno de los esquemas más sencillo para comprender el funcionamiento de la administración por objetivos ha sido desarrollado por los profesores Harold Koontz y Cyril O’Donnell





VENTAJAS Y LIMITACIONES.

Ventajas de la AXO para el subordinado.
ü Le permite conocer exactamente qué es lo que se espera de él.
ü Le permite mayor libertad de acción
ü Sus logros quedan registrados de una manera más objetiva.
ü Lo anterior permite una mayor justicia en las promociones y ascensos.
ü Le permite demostrar más objetivamente por qué no se pudo lograr algo.
ü Le permite concentrarse en áreas concretas
ü Le permite dar su punto de vista
ü Sabe como ha logrado mejorar o superar sus deficiencias.
ü No se le impondrán metas

Ventajas de la AXO para la organización.
ü Es la única forma con la que se cuente para planear y evaluar democráticamente el trabajo y hacer un seguimiento de las causas que obstruyan la eficiencia.
ü La organización, los directivos y los mandos intermedios que trabajan bajo este sistema, responden a metas concretas y premisas.
ü Facilita y exige una mayor delegación de autoridad.
ü Fija responsabilidades personales.
ü Facilita y estimula la formación de grupos de trabajo.
ü Ayuda a mantener las descripciones de puestos.
ü Es una base para detectar necesidades de capacitación y hacer seguimientos.

Limitaciones de la administración por objetivos.
ü No todos los supervisores tienen el mismo poder para exigir resultados a los subordinados y no todos pueden seleccionar ni cambiarlos libremente.
ü No todas las tareas se pueden expresar fácilmente en metas mensurables.
ü No siempre hay buenas relaciones entre el jefe y el subordinado.
ü No todos los supervisores están debidamente capacitados para administrar, es decir, planear y evaluar resultados. Se requiere un periodo de adiestramiento.
ü Los imprevisibles de los puestos parecen ser una constante que imposibilita cualquier planeación.
ü En ocasiones los niveles más altos de las organizaciones no planifican y sus exhortaciones no corresponden a sus acciones. Ahí se genera la inestabilidad de toda la institución.
ü Planear la acción y evaluarla consume tiempo y no siempre el superior dispone de él.
ü La entrevista es difícil. Se complica cuando hay salarios injustos en la organización.



Conclusiones

La administración por objetivos no es solamente un sistema administrativo, es una filosofía de dirección que impulsa a tener siempre presentes los objetivos.
El conocimiento de AXO permite ver en forma sencilla el proceso administrativo: lo que es y lo que debe ser.
Importa poco si no puede aplicarse como una mecánica. Lo fundamental es el deseo de aproximarse a ella.
Hay que desear y buscar que todo administrador posea una preparación mínima y conozca la administración por objetivos para orientar su trabajo. Porque si la administración como disciplina que estudia la forma de incrementar la eficiencia a pesar de las dificultades, indica que ésta sólo se logra planeando y evaluando acciones, resulta evidente que el administrador, eje de la organización, para ser eficiente, debe saber planear y evaluar resultados.

martes, 20 de septiembre de 2011

EL ANGEL DE LA GUARDA

EL EXITO SEGUN DIOS


 

 

El éxito según Dios
¿Cómo mide usted su verdadero valor?


por Charles F. Stanley

Vivimos en un mundo donde todos parecen preocuparse por el éxito. La televisión, la Internet, la radio y las revistas nos dan una visión de conjunto de los ganadores —y de los perdedores— del mundo.

Pero, ¿qué significa tener éxito en la vida? Es más, sabiendo cómo ve el mundo a las personas exitosas, y considerando las maneras negativas como se esfuerzan muchos para lograr el éxito personal, ¿es una aspiración correcta el desear tener éxito?

Déjeme responder a esa pregunta desde el principio: Sí. Como seguidores del Señor Jesucristo, no sólo tenemos permitido luchar por lograr el éxito; estamos llamados a hacerlo. Dios está inmensamente interesado en nuestros triunfos, pero, como seres pecadores, a menudo tenemos cierta confusión en cuanto a esto. Por tanto, debemos empezar por tener claro lo que es una buena y verdadera definición del éxito.

¿Qué es el éxito?

La mayoría de las veces, el mundo define a esta palabra simplemente como la capacidad de una persona de lograr sus objetivos personales. Por ejemplo, un entrenador de fútbol se considerará exitoso si gana todos los partidos. O un estudiante si logra la máxima calificación en cada asignatura. Por eso, puede ser difícil tener una definición que todos podamos aceptar, ya que la medida depende a menudo de nuestras metas individuales.

Debemos, más bien, hacernos la pregunta, ¿Qué es lo que haría que Dios me vea como una persona exitosa? La perspectiva del mundo fluctúa, pero el concepto del Señor es constante: para el Señor, mi mayor éxito es el deseo de que siga siendo la persona que Él me ha llamado a ser, y que alcance las metas que Él me ha ayudado a establecer.

Deje, por un momento, que estas palabras penetren hondamente en su conciencia; léalas de nuevo, esta vez en voz alta. Todo lo demás que le diré sobre el éxito, depende de la crucial afirmación anterior; así que, asegúrese de comprenderlo.

Hay dos elementos importantes en la declaración. Primero, que nuestro éxito depende de ser lo que Dios quiere que seamos. Segundo, que depende de hacer lo que Él nos llama a hacer. En ambas áreas, Dios es lo primordial. Nuestro objetivo es entender plenamente lo que Él ha determinado para nosotros. Por tanto, nuestras victorias le pertenecen a Él en última instancia, y Él merece todo el reconocimiento.

Usted no puede tener éxito si deja a Dios fuera de su vida. Ahora bien, de acuerdo a los esquemas del mundo, podrá parecer que "lo tiene todo", pero ¿cuál es el valor eterno de la fama y la fortuna? Es cierto que no hay nada intrínsecamente malo en estas cosas, pero debemos vencer la idea de que "FAMA + FORTUNA = ÉXITO". El dinero y la fama no pueden dar paz, gozo, amor y contentamiento duraderos, ni tampoco la seguridad eterna, que sólo están disponibles a través del amor de Dios en Jesucristo.

Los cristianos no necesitamos llevarnos nuestros tesoros, porque ya los hemos enviado anticipadamente. Al buscar tener una vida motivada por objetivos piadosos, ya estamos acumulando un gran tesoro en el cielo (Mt 6.20, 21). Por tanto, nuestro verdadero valor se medirá por nuestra recompensa eterna, no por nuestra riqueza terrenal.

Usted podrá preguntar: "¿Debemos, entonces, despreciar las riquezas materiales?" No, en absoluto. Pero tenemos que ser muy claros, la fama y la fortuna pueden ser los resultados externos del éxito, pero ellas no son un éxito en sí mismas. Recuerde que éxito no es lo que usted tiene, sino lo que es. En su sentido más puro, éxito es simplemente ser la persona que Dios le ha llamado a ser.

Si pensamos de esta manera, ¡sin duda que Dios estará interesado en nuestro éxito! Y no sólo estará interesado, sino que deliberadamente nos animará a triunfar. La Biblia ofrece cuatro pruebas:

Primero, Dios planea que triunfemos. Vemos esto en la vida de muchos hombres y mujeres de la Biblia. Por ejemplo, ¿recuerda usted la historia de José en Génesis, capítulos 37-50? Según el esquema del mundo, José estaba condenado al fracaso desde el principio. El joven hebreo había sido maltratado y vendido como esclavo por sus propios hermanos, y durante años tuvo una vida como esclavo y preso. Pero, en todo lo que José hizo, Dios lo hizo prosperar.

En estos importantes capítulos de Génesis, vemos a José como un joven pastor, luego como un esclavo, más tarde como un preso y, al final, ¡como el primer ministro de Egipto! Dios, sin duda, había planeado el éxito de su siervo fiel, aun en esos años cuando todo parecía perdido.

Las Escrituras ofrecen relatos semejantes. Moisés, David, Nehemías y Josué muestran este mismo tipo de plan divino que los haría famosos. Y, por supuesto, no nos olvidemos de los apóstoles; florecieron en el primer siglo, y llevaron las buenas nuevas de salvación a todo el mundo. Usted tiene, sin duda, que considerar que la misión fue un éxito, o no tendríamos hoy iglesias ni las palabras de Jesucristo, en absoluto.

En cada uno de estos ejemplos, las personas descubrieron lo que el Señor quería que hicieran; dedicaron sus vidas a ello; se dejaron guiar por los preceptos divinos; y lograron sus metas. A los ojos de Dios, todos ellos fueron exitosos.

Segundo, Dios provee para nuestro éxito. Tengo estantes de libros sobre el tema del éxito, y todavía no he encontrado un principio básico del éxito que no se encuentre también en la Palabra de Dios. La Biblia contiene todos los conceptos fundamentales sobre el éxito, que he encontrado en cualquier otro libro. Los diferentes autores pueden tomar de la Biblia una idea y escribir un libro sobre ella, pero ellos no crearon el principio.

Algo que he visto a menudo mencionado en estos libros es la necesidad absoluta de la fe. Ahora bien, algunos autores pueden decir que el éxito depende de la fe en uno mismo, mientras que otros apuntan a la creencia en algún "poder superior". Pero, como seguidores de Jesucristo, podemos señalar esa fuente de nuestra fortaleza: es Dios todopoderoso, quien cuida de nosotros. Es que sólo Dios es el autor del éxito. Sin Él, una persona sólo conocerá el fracaso.

Tercero, Dios nos prepara para el éxito. Porque nos llama a ser luces en un mundo de tinieblas, Él nos ha dado lo que necesitamos para ser hombres y mujeres de éxito. Por ejemplo, cada creyente ha recibido ciertas capacidades o dones espirituales. Son regalos maravillosos que nos permiten hacer las cosas que el Señor nos llama a realizar.

El Señor también nos ha equipado al dar a cada creyente el Espíritu Santo. Él nos pone en contacto íntimo con el Padre celestial, da poder a nuestra vida diaria, nos enseña las cosas de Dios, y nos da su discernimiento. En el poder del Espíritu Santo podemos tomar decisiones asombrosas inspiradas por Dios. Es que Dios no ha creado a las personas para que fracasen. Eso a Él no le daría ninguna gloria. Al contrario, nos da lo que necesitamos para que tengamos éxito en lo que Él nos ha llamado a hacer.

Cuarto, Dios nos promete el éxito. Usted podría decir: "Bueno, si Dios me ha prometido el éxito, entonces en el camino se equivocó". No, no ha sido así. Si estamos teniendo problemas para tener éxito en algunas áreas de nuestras vidas, es posible que seamos nosotros quienes hemos perdido la brújula.

¿Qué le dijo el Señor a Josué? Que se esforzara y fuera valiente, que obedeciera su Palabra, y sus mandamientos. ¿Cuál sería el resultado? "Harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" (Jos 1.7, 8). La fórmula para el éxito está escrita en la Biblia.

Condiciones para el éxito

Aquí tenemos, entonces, lo que no podemos perder de vista: Dios puede haber planeado, provisto, equipado y prometido, pero nuestro éxito personal tiene algunas condiciones. En realidad, el Señor no nos hará exitosos sin que hagamos nuestra parte.

Por tanto, debemos prestar atención a tres condiciones específicas:

1. Debemos fijarnos metas dadas por Dios. Busque la voluntad del Señor, y tenga metas tangibles para lo que Él quiere llevar a cabo. Su voluntad no sucede por accidente; debemos tomar la decisión de buscar a Dios.
2. Debemos andar en obediencia delante del Padre en la consecución de estos objetivos. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos ayude a triunfar en la vida, si preferimos desobedecer los principios de su Palabra? La Biblia nos dice cómo vivir; tenemos que someternos a su dirección para lograr las metas que nos hemos fijado.
3. Debemos confiar plenamente en el Espíritu Santo, poniendo en práctica los principios del éxito dados por Dios. No podemos ir por la vida actuando como el hombre orquesta, que lo hace todo solo. Podemos tener éxito en Cristo sólo cuando nos sometemos por completo a la dirección del Espíritu de Dios.

El Señor define nuestras metas y nos equipa para lograrlas, nunca debemos avergonzarnos de reclamar las bendiciones que Él da con ese propósito. Por tanto, debemos hacer un alto y analizar nuestra definición del éxito a la luz de la Palabra. En verdad hay sólo una manera de lograr el éxito: la manera de Dios.